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Tercera Parte
Papel de los padres, nº 4: Preparar a vuestro hijo a que se proteja a sí mismo

Aunque prevenir el abuso sexual resulta complejo, los estudios sugieren que la educación sexual es una pieza del conjunto que ayuda a reducir el riesgo de explotación. Las estrategias que se señalan a continuación ayudarán a reducir su probabilidad. son temas que pueden ser enseñados en casa y reforzados en la escuela y en la comunidad.

Enseñar los términos precisos de las partes privadas del cuerpo

Si deseáis que vuestro hijo se sienta confortable al hablar de su cuerpo, ha de emplear el vocabulario para comentarlo. El usar los términos correctos en lugar de palabras que son infantiles, despectivas o de doble sentido, ayudará a comunicarse sobre todas las partes del cuerpo y animará a que la comunicación sea abierta. Si ocurre el caso de abuso, el usar los nombres correctos de las partes del cuerpo favorece la credibilidad de vuestro hijo si el caso es enjuiciado y vuestro hijo ha de declarar y contar su historia.

Hablar sobre los derechos del cuerpo e introducir un sentido de propiedad del cuerpo

Si vuestro hijo es un menor, es importante darle información específica sobre aquellas circunstancias en las que tocar está bien. Sólo hay dos razones legítimas por la que otra persona puede quedarse mirando o tocando las partes privadas del cuerpo. E incluyen las actividades relacionadas con: 1) mantener limpio el cuerpo (p. ej, aseo, higiene), 2) mantener el cuerpo sano (cuidar la salud).

Podéis explicarle que si necesita ayuda para ir al cuarto de baño, bañarse o ducharse, las partes privadas de su cuerpo pueden estar visibles, pero la persona que le ayude está ahí sólo para asegurarse de que su cuerpo está limpio, y nada más. Vuestro hijo ha de saber que tiene todo el derecho para decir a la persona que se marche cuando la ayuda ha terminado. Si vuestro hijo no es verbal, enseñadle a hacer un gesto o signo para indicar que desea que la persona se marche o que puede terminar el aseo por sí misma. Compartid esta información con las personas que le atienden en estas tareas.

El único otro momento en el que está bien que otra persona mire las partes privadas de su cuerpo es la consulta del médico durante la exploración. Recordad a vuestro hijo que el profesional sanitario (decir su nombre) es responsable de asegurar que todas las partes del cuerpo estén sanas, ¡incluidas las privadas! Si el médico o la enfermera no han hecho esto, animadles a que lo pregunten antes de mirar o tocar el cuerpo de vuestro hijo, como medio de “reforzamiento” del mensaje “tu cuerpo es tuyo”.Animad a los profesionales sanitarios a que reiteren y refuercen estos conceptos en cada visita.

Si vuestro hijo es mayor e independiente en su autocuidado, estos mensajes siguen siendo relevantes. Pero si es un adulto y está metido ya en una relación, los mensajes relacionados con sus derechos a poner los límites con su pareja y decidir qué pasa con su cuerpo son también importantes.

Como ya he mencionado, el modelado es un componente crucial en la enseñanza de los conceptos sobre la propiedad del cuerpo. Cuando los derechos del cuerpo son respetados y reforzados, le será mucho más fácil a vuestro hijo comprender estos conceptos.

Mensajes clave a ofrecer

  • Mi cuerpo me pertenece a mí.
  • Nadie puede compartir mi cuerpo si yo no lo quiero.
  • Si alguien me fuerza a hacer cosas sexuales, debo decirlo.

Ayudad a vuestro hijo a leer, interpretar y responder a sus propias señales intuitivas

Conforme crecen los niños con síndrome de Down, algunos desarrollan la capacidad para reconocer y responder a su propio sistema natural interno de radar que les ayuda  conocer cuándo las experiencias son peligrosas, desagradables, o no plenamente correctas. Gavin De Becker, en su libro The Gift of Fear: And Other Survival Signals That Protect Us from Violence, habla extensamente sobre el sistema natural de alerta que funciona si aprendemos a prestar atención y responder a las señales que nos envía nuestro cuerpo. Peg Flandreau-West, una autora australiana, propone enseñar a los niños pequeños (con y sin discapacidad) a identificar las sensaciones físicas del cuerpo que nos alertan. Llama a estas señales signos tempranos de alarma y los describe como indicaciones que nos da el cuerpo para ayudarnos a saber que no nos sentimos seguros o que necesitamos mantenerlos alertas ante lo que está ocurriendo.

Mensajes clave a ofrecer

  • Mi cuerpo me envía señales cuando me siento poco seguro o necesito estar alerta.
  • Mis señales de alarma son..
  • Debo escuchar y confiar en las señales enviadas por mi cuerpo.
  • Si las señales de mi cuerpo no desparecen, debo hablar sobre ellas con una persona segura.

Puesto que los niños y las personas con discapacidad intelectual disponen de experiencias vitales más limitadas y de menos conocimiento, sus sistemas de alarma no siempre están lo suficientemente desarrollados como para servirles de protección. Allá por los 1980s, Donna Fortin, una defensora de la discapacidad en Wisconsin, empleó considerable tiempo para adaptar estos conceptos de seguridad y de cómo comprender los sistemas tempranos de alarma específicamente para personas con discapacidad intelectual, con al parecer buenos resultados.

Después de recibir más formación sobre conductas protectoras, empecé a incorporar estas ideas en la enseñanza que imparto a autogestores con discapacidad cognitiva, con cierto éxito. Frecuentemente, los adolescentes y adultos con los que trabajo ya eran conscientes de sus propias señales, pero no entendían el papel que jugaban en la toma de conciencia sobre la seguridad. En una reciente reunión, un grupo de autogestores identificaron una lista de señales tempranas de alerta:

  • sudor en las palmas de las manos
  • latidos cardíacos rápidos
  • pelo erizado en la nuca
  • temblor de rodillas
  • sudor en las axilas
  • carne de gallina en los brazos
  • malestar de estómago

Estos síntomas fisiológicos iban asociados a experiencias próximas a sentirse pillado por un coche, un incidente en una cita, hablar en público, ir a un trabajo nuevo, y una agresión.

Un estudio piloto más reciente que evaluó una versión modificada del currículo de Flandreau-Wet con adultos con discapacidad intelectual demostró que los participantes eran capaces de comprender estos conceptos y de aplicarlos en su vida diaria. Claramente, se necesita más investigación pero resulta prometedor el concepto de dotar de poder a las personas para que utilicen las señales de su propio cuerpo para distinguir las situaciones seguras e inseguras.

Mensajes clave a ofrecer

  • La mayoría de la gente es buena y no me hará daño.
  • Hay personas que intentan hacer cosas sexuales que van contra la ley.
  • La mayor parte del tiempo, las personas que tratan de hacer cosas sexuales serán personas a las que tú conoces y en las que confías. Menos veces, son personas extrañas o personas a las que no conoces muy bien.
  • Cuando alguien te molesta o te fuerza con engaño a hacer cosas sexuales que tu no deseas hacer, eso se llama abuso sexual (o explotación).
  • El abuso o explotación sexual va contra la ley.

Actividades de enseñanza: “Mis señales de alarma”

Recordad a vuestro hijo que su cuerpo envía sus mensajes constantemente. Por ejemplo, cuando tenemos hambre, el ruido de tripas es una señal que nos ayuda a saber que es hora de comer o beber algo. Cuando nuestros cuerpos huelen, es señal de que necesitamos una ducha o un baño. Cuando nos sentimos mal, es señal de que podemos estar enfermos y necesitamos ir al médico.

Explicad a vuestro hijo que los cuerpos nos mandan también señales cuando nos encontramos en situaciones poco seguras o preocupantes. Hablas con vuestro hijo sobre situaciones recientes en la que él se sintió asustado o inseguro. Por ejemplo: “¿Recuerdas cuando tuvimos esa enorme tormenta y pasamos miedo?” O “¿recuerdas cuando tuviste que leer tu escrito delante de toda la clase?”. O ¿te acuerdas cómo te sentías cuando hubo que extraerte la sangre en la consulta del médico?”.  La mayoría de los padres identifican situaciones que cursan con ansiedad o miedo en sus propios hijos, Utilizad estas situaciones para introducir y hablar sobre los signos que el cuerpo de vuestro hijo envía. Si tiene dificultad con esto, dadle un ejemplo de algo que sucede en vuestro propio cuerpo cuando tenéis miedo. “Cuando tengo miedo, como cuando a pocas me doy con el coche esta mañana, mi corazón late más deprisa y respiro deprisa. ¿Qué pasa en tu cuerpo?

Cuando vuestro hijo es capaz de identificar sus propias señales, utilice diversas imágenes del cuerpo humano, masculino o femenino, para dibujar sobre ellas unas ilustraciones que representen sus señales. Por ejemplo, gotas bajo el brazo para representar  el sudor, mariposas en el área del abdomen para representar “mariposas en el estómago”, etc. (Si vuestro hijo toman medicación para liberarle de la ansiedad, o parece sufrir niveles altos de ansiedad la mayor parte del tiempo, puede tener más dificultad para captar este concepto).

Definir el abuso o explotación sexual

No es fácil explicar a vuestro hijo lo que es la explotación o abuso sexual, pero si llega a estar bien informado sobre  lo que el abuso y las leyes que definen las ofensas sexuales, estará mejor preparado para identificar las conductas ilegales cuando ocurran. Traer el tema a colación puede resultar penoso. No deseáis alarmar a vuestro hijo, pero al mismo tiempo deseáis que esté informado. Tratad de ofrecer la información en un momento apto para enseñar o aprovechando una experiencia que tenga sentido.

Por desgracia, los ejemplos de la vida real sobre explotación sexual en los que intervienen personas con discapacidad intelectual ocurren con una periodicidad estremecedora. Hace unos años, un mensaje por e-mail de la escuela de la escuela de una de mis hijas fue difundida a los padres del distrito. El mensaje decía que un exhibicionista se había acercado a una jovencita esa mañana en su camino a la escuela. Puesto que los profesores y el director habían hablado a los estudiantes sobre la situación, eso se convirtió en la oportunidad para tocar el tema en casa con mis dos hijas. Pudimos charlar sobre lo que hizo el exhibicionista y por qué es ilegal (las partes privadas han de estar cubiertas cuando se está en público) e identificamos también un espectro de otras conductas sexuales que van contra la ley y han de ser denunciadas.

Los estudios nos dicen que, a causa de la inexperiencia e ignorancia en temas de sexualidad, las personas con discapacidad intelectual tienden a tener dificultad para identificar la explotación sexual cuando ocurre. Es importante, por tanto, ser específicos sobre lo que ocurre. He aquí una lista de conductas que se consideran de abuso.

Tabla 1. Conductas sexuales que infringen la ley

Nombre

En qué consiste

Infringe la ley porque:

Si ocurre, deberás:

Exposición indecente

Cuando alguien te muestra en público sus partes privadas del cuerpo.

Alguien muestras en público tus partes privadas

Los cuerpos son privados

Las partes privadas del cuerpo deben estar cubiertas en público

Marcharte inmediatamente.

Decírselo a una persona que te dé seguridad

Incesto

Cuando miembros de una familia tiene sexo juntos

Las familias muestran el amor de uno al otro de formas no sexuales

Decírselo a una persona que te dé seguridad

Acoso sexual

Charla sexual, tocamientos o conductas en la escuela o en el trabajo que no son deseadas. Incluyen:

- comentarios o palabras sexuales

- chistes verdes

- mostrar fotos sexuales

tocar de manera inapropiada

-mirar

moverse hacia el espacio personal de otra persona

- pedir a otros que hagan actos sexuales

Este tipo de conducta hace a la gente sentirse insegura o molesta.

No tiene permiso para realizar esta conducta; no es deseada.

Decir a la persona que interrumpa.

Comprender que las escuelas y centros de trabajo tienen leyes para proteger a la gente frente a la conducta sexual no deseada.

En el trabajo, llamar al supervisor.

En la escuela, llamar a un profesor o al director.

Abuso sexual del niño

El contacto sexual entre un adulto y un niño  que está por debajo la edad de consentimiento (comprobar la ley en su país, generalmente entre 16 y 18 años, a veces 14).

El adulto se aprovecha del niño.

La ley dice que los niños no tienen la capacidad para decir “sí” para tener sexo con un adulto.

Decírselo a una persona que te dé seguridad

Agresión sexual

Contacto sexual que no es deseado. Incluye:

- mostrar partes privadas del cuerpo

- tocar partes privadas del cuerpo (con la boca o las manos)

- besar

No hay permiso; no es conducta deseada.

La persona teme decir que no.

Decírselo a una persona que te dé seguridad

Violación

Te sientes obligado a tener sexo con alguien que utiliza:

- armas

- soborno o amenazas

- fuerza física

Nunca está permitido forzar a una persona a realizar actos sexuales cuando no lo desea.

Decírselo a una persona que te dé seguridad

Violación en una cita

Alguien a quien conoces o con quien tienes una cita te obliga a tener sexo usando:

- armas

- soborno o amenazas

- fuerza física

- drogas o alcohol

Nadie  puede obligarte a tener sexo. Eso ha de ser decisión tuya.

Incluso cuando hay relaciones mantenidas, las dos personas deben ponerse de acuerdo en relación con el sexo.

Decírselo a una persona que te dé seguridad


Actividades de enseñanza: “¿Qué es la explotación o abuso sexual?”

Aunque las definiciones varían algo de un estado a otro (se refiere a Estados Unidos), en la tabla 1 se muestran y definen algunas conductas comunes identificadas típicamente como explotación o abuso sexual. Utilizadla para explicar a vuestro hijo los diferentes tipos de explotación y las razones por las que van contra la ley.

Actividades de enseñanza: “Secretos, sobornos, amenazas”

Los que abusan utilizan casi siempre técnicas coercitivas para conseguir la cooperación de las víctimas. Exponer a vuestro hijo a estás técnicas le ayudará a reconocerlas cuando ocurran.  Explicadle que una persona que intenta conseguir que alguien haga cosas sexuales contra la ley tiene por lo general que coaccionarle de alguna manera. Mostradle estos ejemplos de las técnicas habituales con las que se pueden aprovechar de él.

Utilizan secretos

Un secreto es algo que guardas para ti mismo (en tu cabeza) y no lo cuentas a los demás. Las personas que quieren utilizarte te pedirán que mantengas en secreto las cosas sexuales que hagan porque saben que lo que hacen está mal. Los secretos pueden sonar algo así:

  • Lo que hemos hecho hoy es secreto. No se lo digas a nadie
  • Lo que hacemos juntos es algo especial y sólo entre nosotros

SI UN SECRETO SE REFIERE A COSAS SEXUALES, DÍSELO A UNA PERSONA QUE TE OFREZCA SEGURIDAD

Usan sobornos

Un soborno es cuando una persona te da regalos, dinero, tratos o tiempo especial para estar juntos, para persuadirte de que hagas algo que no deseas hacer. Algunos pueden utilizar el soborno para conseguir que hagas cosas sexuales con ellos. El soborno suena como esto:

  • Si te desnudas, te llevaré al cine
  • Te compraré algo especial si me tocas el pene
  • Podemos llegar a un trato especial si haces lo que yo te digo
  • Tengo algunos regalos que te puedo dar después de que hagamos nuestro juego
  • Si tienes sexo conmigo, te daré dinero

SI TE SUCEDE ALGO DE ESTO, DÍ “NO”, MÁRCHATE Y DÍSELO A UNA PERSONA QUE TE OFREZCA SEGURIDAD

Usan amenazas

Una amenaza significa que una persona intentará meterte miedo para que hagas algo que no quieres hacer. Normalmente dirías que no, pero tienes demasiado miedo. Las amenazas suenan como esto:

  • Si lo cuentas te haré daño
  • Si lo cuentas, lesionaré a tus padres
  • Aunque se lo digas a alguien, nunca te creerán porque eres un retrasado
  • Si lo cuentas te mataré.

SI TE SUCEDE ESTO, MÁRCHATE SI PUEDES Y DÍSELO A UNA PERSONA QUE TE OFREZCA SEGURIDAD

Actividades de enseñanza: “¿Vale? ¿O va contra ley?”

Esta actividad se puede utilizar para comprobar que vuestro hijo es capaz de comparar y contrastar las conductas sexuales normales de las que suponen explotación, y para evaluar lo que ha aprendido después de haberle dado información sobre leyes y técnicas utilizadas por los explotadores. Fotocopiad la lista de experiencias que viene a continuación. Pedid a vuestro hijo que lea cada situación o leédsela vosotros, y  preguntadle que determine si cada una de esas conductas está bien (luz verde) o es ilegal (luz roja).

  • Cris y Lori están saliendo juntos durante los últimos dos años. Ambos desean disponer de tiempo privado para achucharse y besarse. ¿Está bien o va contra la ley?
  • María está en la parada de autobús para tomarlo. Mientras espera un hombre abre su abrigo y le muestra que no está vestido. Y se va rápidamente. ¿Está bien o va contra la ley?
  • Un compañero donde John trabaja trae fotos de mujeres desnudas y le hace mirarlas en los descansos. A John eso le pone nervioso. ¿Está bien o va contra la ley?
  • Otro compañero agarra a Nigel por su brazo para ayudarle a levantarse después de haber tropezado y caído. ¿Está bien o va contra la ley?
  • Jim y su tío pasan juntos el fin de semana haciendo cosas divertidas. El tío de Jim le compra regalos y le lleva al cine. Después, cuando están solos, el tío de Jim desea que le toque su pene. ¿Está bien o va contra la ley?
  • Durante una baile lento, un hombre pide a Leah que baile con él. Una vez que empiezan a bailar, le agarra sus pecho y le toca su vulva. ¿Está bien o va contra la ley?
  • El padre del mejor amigo de Tamara ha muerto. Cuando Tamara ve a su amigo en el funeral, le da un gran abrazo. ¿Está bien o va contra la ley?
  • El jefe de Ellen le da un gran abrazo y un beso porque está desempeñando muy bien una tarea de su trabajo. ¿Está bien o va contra la ley?

Promover la capacidad de decidir con firmeza y no aceptar de una manera apropiada

Ser capaces de elegir, independientemente de las influencias externas, es una premisa básica para comprender que tienes opciones, tienes algo que decir, tienes el derecho a hacer o no hacer algo. Pero a las personas con discapacidad cognitiva a veces se les refuerza a la obediencia. Esto puede crear una tendencia peligrosa a hacer siempre lo que se les pide, poniéndoles en riesgo de abuso.

Animar a vuestro hijo a no acceder en los contextos apropiados es una habilidad importante para prevenir el abuso. Vuestro hijo conseguirá mejor entender esto si le dais oportunidades de forma regular para elegir y tomar decisiones en su vida diaria. Ser capaz de decir “no” es otro elemento de su capacidad de decisión.

Enseñarle a informar

Es una buena idea ayudar a vuestro hijo a que elabore una lista de personas que le creyeran en caso de que contara información desagradable y difícil de escuchar. Son personas a las que él llamaría si se siente molesto por algo que le ha sucedido (experimentando los signos precoces de alarma). Las personas que ofrecen seguridad son las que serán capaces de escucharle, le creerán, y entrarán en acción en caso necesario. Aunque vosotros podéis ser unos de esas personas “seguras”, no debéis ser las únicas. Como indiqué anteriormente, es corriente que el abusador sea un miembro de la familia, un profesional, un cuidador u otro individuo al que vuestro hijo conoce y del que se fía. Si vosotros sois los únicos señalados como “seguros para ser informados” y el abusador es el Tío Bob, es plenamente posible que vuestro hijo no quiera compartir con vosotros esta información.

Intentad identificar individuos que sean accesibles, que interactúen con vuestro hijo de modo regular, y que entiendan a vuestro hijo cuando se comunique. Los profesores, los preparadores laborales, los asistentes sociales, los profesionales sanitarios, los sacerdotes o religiosos, o los amigos de la familia: todos ellos son posibilidades. Esta lista puede ser modificada conforme vuestro hijo pasa por las distintas etapas de su vida.

Una vez que vuestro hijo y vosotros habéis elaborado la lista de personas, hablad con ellas para comprobar los confortables que se sienten asumiendo el papel de “persona segura”. Podéis decirles que esto es parte de una tarea para la escuela, un proyecto de habilidades de vida independiente, o algo que el hijo está haciendo con su grupo de autogestores. Sed claros sobre lo que se espera de este papel y sus responsabilidades. Prestad atención a su voz y a su lenguaje corporal cuando respondan. Algunas preferirán no participar y es mejor saberlo desde el principio en lugar enterarse cuando vuestro hijo se encuentre metido en una situación peligrosa esperando la ayuda.

Mensajes clave a ofrecer

  • Nada hay tan malo que no se pueda hablar de ello.
  • Si alguien desea que hagas cosas sexuales que te hagan sentir molesto, di que no, lárgate si puedes, y llama a alguien.
  • Las personas a las que puedo llamar son  .......
  • Si no me creen, debo seguir contándolo hasta que me crean.

Actividades de enseñanza: “Saber responder a las señales tempranas de alarma”

Una vez que vuestro hijo dispone de un diagrama corporal que de alguna manera dibuja sus propias y específicas señales tempranas de alarma, aseguraos de que sabe qué hacer cuando tales señales se hacen presentes y no se van. Recordadle que las señales corporales se van y se vienen. Por ejemplo, vuestro hijo puede percibirlas mientras da una charla, o en una marcha de carnaval, o mientras le extraen sangre, pero una vez que estas experiencias han terminado, las señales por lo general desaparecen.

Explicadle que cuando una persona no se siente segura, las señales de alarma no se van hasta que se hace algo. Animadle a que hable vosotros o con otra persona de su lista que le ofrezca seguridad cuando note tales señales. Tened presente que para los individuos con discapacidad intelectual, estas señales puede salir a la superficie en situaciones muy diferentes, por razones muy diversas. Vuestros objetivos ahora son ayudar a vuestro hijo a que aprenda a identificar sus propias señales tempranas, conectarlas con situaciones o experiencias específicas, y comprender qué ha de hacer cuando aparezcan.

Revelar un incidente de abuso exige gran coraje, pero incluso cuando las personas con discapacidad intelectual relatan las incidencias del abuso, a menudo no se les cree. Una razón estriba en las actitudes prevalentes y peyorativas de la sociedad sobre las personas con discapacidad intelectual en relación con la sexualidad, que antes hemos explicado.  Otras veces, quienes están conectados con la persona acusada expresan una fuerte negación y no lo creen.  Algunos padres tienen sus dudas sobre la dificultad de su hijo para diferenciar entre los sucesos que han ocurrido en la vida real, y los programas de la televisión u otras historias, lo que crea duda y confusión. Otros padres recuerdan tiempos en los que su hijo compartía información que era incompleta, o fuera de contexto, o sobre acontecimientos que eran mal interpretados, de modo que pueden tener dificultad para creer a su hijo o considerarle como persona creíble. Es importante recordar que las personas (con o sin discapacidad) raramente mienten sobre el abuso sexual.

Actividades de enseñanza: “Una lista de personas con las que se siente seguro”

Una vez que vuestro hijo ha identificado una lista de personas con las que se siente seguro y ha obtenido su permiso, anotad sus nombres y números de teléfono. Haced un poster de esas personas y colgadlo cerca del teléfono o en otra área que sea accesible.

Actividades de enseñanza: “¿Hecho o fantasía?”

En algún momento durante su primer grado de escuela, mi hija aprendió la diferencia entre libros que contaban “hechos” y libros que relataban “historias inventadas” (ficción). Estas dos palabras, hecho y ficción, tenían sentido para ella y, con el tiempo, se convirtieron en un medio que nos ayudó para distinguir entre su mundo “deseado” y su mundo “real”. En algún momento mi marido desarrolló un juego centrado en ayudarle a diferenciar entre su mundo real y su mundo deseado. Antes de acostarse por la noche, debía decirnos cinco o seis relatos sobre su día. Y sería su obligación decidir cuáles de ellos eran “hecho” o “ficción”. Los relatos incluirían información real o imaginada sobre lo que había tenido para cenar, cosas que sabíamos que le habían ocurrido durante el día o que ocurrirían al día siguiente, información sobre la familia, etc. Mi marido empezó el juego cuando estábamos teniendo gran dificultad para conseguir información exacta sobre su día. El juego le ayudó a diferenciar su vida real de su vida imaginada, y reforzó la importancia que tiene el contar con precisión en aspectos menos acuciantes de su vida.

Para hacer esta actividad en casa, identificad el vocabulario que tendrá significado para vuestro hijo. Por ejemplo, palabras como “verdadero” o “falso”, “real” o “fingido” son otras posibilidades. Si vuestro hijo no es verbal, elaborad tarjetas que ilustren las diferencias entre las dos palabras y pedidle que muestre la respuesta correcta a los relatos o afirmaciones que vosotros hacéis.