Emilio Ruiz Rodríguez
Fundación Síndrome de Down de Cantabria
Fundación Iberoamericana Down21
El manejo del dinero por parte de las personas con síndrome de Down es un campo en el que suelen darse limitaciones importantes, por cuanto se relaciona con sus dificultades con el cálculo matemático.
El aprendizaje de los cálculos más elementales es costoso para ellas. Tienen dificultades con los ejercicios matemáticos, numéricos y con las operaciones.
Necesitan un trabajo sistemático y adaptado en matemáticas y que se les proporcionen estrategias para adquirir conceptos matemáticos básicos: números y su significado, cantidades, etc.
Es necesario ejercitar un programa de identificación de monedas y billetes y sus correspondencias numéricas. V. el tema del Cálculo (12)
Sin embargo, el dinero es un instrumento fundamental en el desenvolvimiento social de cualquier ciudadano y por tanto, ha de ser trabajado para favorecer la adecuada normalización de las personas con síndrome de Down.
Habitualmente muestran poco interés por el dinero, probablemente porque no lo necesitan en su vida cotidiana.
En general, la relación de los niños con síndrome de Down con el dinero es escasa, encargándose los adultos que les rodean de proporcionarles aquello que precisan. De esta forma no llegan a encontrar la relación entre lo que tienen o compran y su valor económico real.
En ocasiones muestran conductas con el dinero, de ahorro exagerado de todo lo que les dan, rozando en algún caso la “tacañería” o en el otro extremo, se muestran excesivamente “generosos” o despreocupados con sus gastos.
Esas conductas llegan a extenderse a la etapa adulta, incluso entre los trabajadores. En este caso es aún más necesario que se les permita administrar una parte del dinero que ganan, aunque también hagan su aportación a la economía familiar.
El dinero es, sin duda, uno de los principales elementos motivadores de un trabajador a la hora de realizar sus tareas. Cuando tienen un sueldo, es recomendable que dispongan de su propia cartilla o tarjeta de crédito y que tengan acceso a su dinero, aunque se establezcan limitaciones en cuanto a la cantidad definitiva, si no se les permite manejar dinero, no pueden llegar a saber el valor del mismo y siempre serán dependientes de otros a la hora de administrarlo.
Algunas medidas que pueden ir incorporando los padres a su vida cotidiana para ayudar a sus hijos con síndrome de Down en el manejo del dinero pueden ser:
Hacerles responsables de una cierta cantidad de dinero desde que son pequeños, por ejemplo a través de una paga que ellos podrán utilizar y administrar de acuerdo con sus propios criterios.
Proporcionarles una cartera o monedero en la que llevarán su propio dinero.
Lógicamente, si los padres deciden proporcionarles cierta cantidad de dinero para que manejen, deberán permitirles que lo administren de acuerdo con sus intereses. No obstante, siempre es recomendable orientarles respecto a la mejor forma de hacerlo (por ejemplo, distribuyéndolo entre una cantidad para gastos y otra para ahorro).
Permitirles comprar y pagar cuando sea algo para ellos. Pedirles su colaboración en recados o compras sencillas, haciéndoles ver lo que cuestan las cosas y el dinero que precisan para pagarlas.
La calculadora puede ser un instrumento muy útil cuando se trate de manejar dinero en la vida cotidiana.
Trabajar en casa el reconocimiento y discriminación de las distintas monedas y billetes.
Relacionar cada uno de ellos con alguna compra cotidiana de su interés (Con un euro, ¿puedo comprar una coca-cola?; con 10 euros, ¿puedo comprar una entrada de cine, una película en DVD o un CD de música?).
El manejo de su propio dinero les permitirá participar en actividades en las que el dinero es protagonista, por ejemplo, invitar a un conocido en una cafetería, hacer regalos a sus amigos en sus cumpleaños, participar en juegos como “el amigo invisible” o solidarizarse con otras personas, ayudando en campañas para recaudar fondos de ONGs.
Cuando se inician programas de autonomía con desplazamientos independientes por la ciudad, es útil contar con cierta cantidad de dinero disponible siempre, para poder responder a imprevistos (coger un autobús o un taxi, llamar por teléfono, tomar un refresco, etc.).
Puede argumentarse que permitir que las personas con síndrome de Down manejen dinero es algo que les va a introducir en la sociedad consumista en la que vivimos. Sin embargo, la máxima independencia de las personas con síndrome de Down pasa por la consecución de los máximos niveles de autonomía en todos los campos y el manejo del dinero es uno fundamental en nuestra sociedad.
En todo caso, se ha de ser conscientes de que el nivel de autonomía que pueden llegar a alcanzar en este campo es limitado, ya que siempre necesitarán de alguien que les apoye cuando se trate de administrar cantidades elevadas, debido a las dificultades propias de su discapacidad intelectual.