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Barbara Bain

jóvenes con discapacidades, incluido el síndrome de Down, se ven a menudo confrontados con barreras de actitud, aislamiento y falta de información sobre su desarrollo sexual y su sexualidad. Esto les lleva a tener un mayor aislamiento, riesgos de su salud e incluso abuso sexual.

En primer lugar, aclaremos lo que es la sexualidad. La sexualidad forma parte del ser de cada uno y comprende una serie de temas que guardan relación con el vivir de cada día, lo privado y lo público, el contacto y los límites, las habilidades sociales, las relaciones, la pubertad, las actividades sexuales, la toma de decisiones, la salud, la seguridad. Muchas de las lecciones que hemos de dar sobre estos temas han de iniciarse ya en las primeras edades, cuando el niño gatea y en la edad pre-escolar, mediante el uso de nuestros propios modelos (por ejemplo, el modo en que nos aseamos), y respondiendo de manera sencilla a las preguntas de su hijo. Lo que usted enseñe mediante estos métodos y en estas edades va a quedar como fundamento y base de las largas lecciones de la vida que conciernen a la sexualidad, al desarrollo de una sana actitud sexual y de habilidades sociales apropiadas. Para poder hacer una sana elección, para saber resistir la agresión y el abuso sexual, resulta esencial estar informado sobre el propio cuerpo, sobre el desarrollo sexual y sobre los derechos a la privacidad.

A veces los niños y jóvenes con síndrome de Down se comportan de manera poco apropiada simplemente porque están confusos, o no han sido educados sobre los conceptos de lo que es privado y lo que es público. Por ejemplo, pueden estar haciendo algo correcto (una conducta natural o apropiada), pero lo están haciendo en el momento inoportuno o en el lugar inadecuado (contexto inapropiado). O pueden estar haciendo algo que fue reforzado en su momento como una conducta “mona”, pero que ahora que ya son mayores, resulta inapropiada. Esta confusión en los criterios puede hacer que los niños y jóvenes con discapacidad intelectual se encuentren ante situaciones desagradables e inseguras.

Sexualidad Síndrome de Down

¿Por dónde empiezo?

Los puntos para iniciar la educación sexual de los niños y jóvenes con discapacidad pueden variar. Sin embargo, para aprender las habilidades personales necesitan entender:

Lo que es público y lo que es privado: partes del cuerpo, lugares, actividades.

Cuerpos y emociones: información básica necesaria para el autocuidado de cada día.

Límites y relaciones: los contactos, la conversación y la confianza que resultan aceptables en los diversos tipos de relación.

Distancia social: cómo dirigirse a los demás y cómo los demás han de dirigirse a él.

Planes de seguridad: qué hacer cuando se le toca de forma incorrecta.

Consecuencias del contacto incorrecto: qué puede ocurrir si alguien toca a otro de modo incorrecto.

¿Cuándo debo comenzar?

Las sugerencias que se exponen a continuación son simples orientaciones. Cada tema ha de ser enseñado en varias etapas a lo largo de los años. Recuerde también que usted y su hijo son los expertos sobre cuándo y cómo ha de darse la información. (Adaptado de: Diane Maksym. Shared Feelings: A Parent Guide to Sexuality Education for Children, Adolescents and Adults Who Have a Mental Handicap. North York: The Roeher Institute, 1990).

2-9 años

• Diferencias entre niños y niñas
• Las partes del cuerpo
• Lugares y conductas públicas y privadas
• Modos de reconocer y decir no ante contactos incorrectos
• Cómo nacen los niños
• La masturbación

10-15 años

• La menstruación, sueños con derrames y otros cambios que se observan en la pubertad
• Sentimientos sexuales
Orientación sexual
• Elaborar y mantener las relaciones

16 años en adelante

• Diferencias entre sexo y amor
• Responsabilidades de las relaciones sexuales
• Responsabilidades de la paternidad
• Leyes y consecuencias de los contactos incorrectos con otros