PARA PERSONAS CON SÍNDROME DE DOWN DE 1 MES A 18 AÑOS
¿Por qué unas curvas especiales?
Como se ha señalado en la página Programas de salud en el adulto con síndrome de Down, es necesario vigilar la evolución del crecimiento a lo largo de la infancia y la adolescencia para detectar cualquier posible anomalía. Pero se ha comprobado repetidas veces que el desarrollo físico de los niños y adolescentes con síndrome de Down es más lento que el del resto de la población, de modo que se aprecia una reducción en los patrones de crecimiento. Por eso, al establecer un seguimiento de la evolución del crecimiento, se hace preciso contrastar esta evolución con la que se ha establecido al reunir abundante información sobre la evolución lineal del peso, la talla y la circunferencia craneal en un número suficientemente elevado de personas con síndrome de Down. De esta manera, podemos seguir el crecimiento de nuestro hijo con síndrome de Down comparándolo con el crecimiento propio del grupo al que pertenece.
Talla
Cuando se conoce la causa médica que determina la reducción del crecimiento, será preciso tratarla.
En general, la altura que suele alcanzar el varón adulto con síndrome de Down oscila aproximadamente entre 1,42 y 1,65 metros, mientras que en la mujer lo hace entre 1,38 y 1,60 metros.
Peso
La evolución del peso en los individuos con síndrome de Down a lo largo de su infancia y adolescencia requiere una atención especial, porque se puede pasar de una fase de bajo peso por problemas de nutrición, a otra de sobrepeso. En ocasiones surgen problemas de alimentación durante el primer año, por lo que puede ocurrir que el niño no gane tanto peso durante la primera infancia como los demás. En especial, los niños con malformaciones congénitas como las cardiopatías o los trastornos gastrointestinales, aumentan de peso lentamente. Durante el segundo o tercer año de vida, muchos niños comienzan a ganar peso de forma gradual; a partir de entonces y sobre todo durante la adolescencia, el sobrepeso e incluso la obesidad se pueden convertir en un problema.
Algunos padres ofrecen demasiado alimento a su hijo. Conviene que lo controlen bien porque, una vez que el niño se ha acostumbrado a comer y a picar entre horas, sobre todo alimentos ricos en azúcar o grasas, será después muy difícil que deje de hacerlo porque habrá creado un hábito de comida. Cuanto más coman entre horas más aumento de peso habrá y se sentirán menos ágiles. El hábito de la buena alimentación se crea en los primeros años.