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Las alteraciones del cerebro

Antes hemos señalado que el cerebro debe ser considerado aparte. Y lo es en el sentido de que, si bien los porcentajes de afectación de un determinado órgano presentan una gran variabilidad en la población con síndrome de Down, el cerebro está afectado en prácticamente todas las personas. Varía mucho, eso sí, su grado o intensidad de afectación. Y por este motivo decimos que la discapacidad intelectual es un rasgo común del síndrome de Down. ¿Por qué?

El cerebro es, sin duda alguna, el órgano más complejo del ser humano. Su desarrollo y su función dependen del equilibrio con que funcionen miles de genes situados en prácticamente todos los cromosomas. Por eso, el exceso de genes debido a cualquier trisomía (no sólo la del par 21) va a provocar el desajuste del funcionamiento cerebral que será la causa de la discapacidad intelectual o retraso mental. Y muchos de los genes del cromosoma 21 participan en el desarrollo y función del cerebro, por lo que su desajuste o desequilibrio repercute en un pero funcionamiento del cerebro. 

De modo que, así como en una persona con síndrome de Down puede o no haber afectación de un determinado órgano a lo largo de su vida, el cerebro queda afectado de manera prácticamente constante, expresándose esta afectación ya a lo largo del primer año de la vida. Pero insistimos en que el grado o intensidad de esta afectación es enormemente variable de un individuo a otro, y queda sometida a la influencia importante de los programas de educación y de rehabilitación.