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Otras técnicas La reestructuración cognitiva consiste en un conjunto de estrategias que ayudan al individuo a percibir e interpretar el mundo que le rodea de una manera más adaptada. Se intenta que la persona sea consciente de los errores y distorsiones cognitivas que comete (personalización, victimización, magnificar detalles irrelevantes, etc.) para controlar sus autoverbalizaciones y pensamientos negativos. Asimismo, cuando la ansiedad o temor a las situaciones sociales es la principal causa de las dificultades de relación es imprescindible que la persona aprenda a relajarse en las mismas. Para ello, técnicas como la relajación progresiva o el entrenamiento autógeno serán muy útiles. En la medida en que sea capaz de reducir la ansiedad y, por tanto, controlar la activación fisiológica que la acompaña, estará en disposición de modificar sus pensamientos y de afrontar nuevas conductas. La relajación puede además ser muy útil para controlar respuestas asociadas a emociones negativas fuertes como la ira y la agresividad. Cuando las dificultades son de carácter perceptivo-cognitivo, es aconsejable que la persona participe en algún programa de entrenamiento enfocado a potenciar las siguientes habilidades cognitivas implicadas en la resolución de conflictos interpersonales: Pensamiento alternativo o habilidad para elaborar diversas soluciones ante un problema interpersonal Pensamiento causal o capacidad para establecer una relación causa-efecto entre la propia conducta y los efectos que produce Pensamiento consecuencial o capacidad para evaluar las soluciones planteadas en función de sus efectos positivos y negativos Pensamiento medio-fines o capacidad para planificar los pasos necesarios para lograr una meta interpersonal