Índice del artículo

La lactancia materna en los niños con síndrome de Down 

La lactancia materna ha sido durante siglos la forma habitual de criar a los hijos. Sin embargo, a lo largo del siglo XX surgieron productos que se fueron perfeccionando hasta lograr las actuales fórmulas lácteas que se emplean en la lactancia artificial. La aparición de estos sustitutos de la lactancia materna contribuyó junto con otros factores al abandono progresivo de la lactancia materna, llegando a su punto más bajo en los años 70. Así se creó una cultura del biberón, de forma que gran parte de las mujeres que hoy son madres tienen un gran desconocimiento de todo lo relacionado con lactancia materna. Preocupados por esta disminución de la lactancia materna, la OMS y UNICEF han puesto en marcha diversas actividades para fomentar la lactancia materna. Entre ellas, la creación de Hospitales Amigos de los Niños en 1990, en donde se resumen los Diez Pasos para una feliz lactancia natural.

Este fenómeno ha sido aún más acentuado en los niños con síndrome de Down, ya que existe la creencia de que la hipotonía y la disminución de algunos reflejos les impide la lactancia materna. Sin embargo, no es cierto que el síndrome de Down sea una contraindicación para la lactancia materna. En realidad, muchos de los problemas con los que nos vamos a encontrar se derivan de la inseguridad y el desconocimiento de las técnicas de la lactancia materna y de la separación del niño de la madre durante los primeros días de vida. Además, algunas de las características propias del recién nacido con síndrome de Down, como son la hipotonía y las dificultades de succión y deglución, pueden poner un poco más difícil las cosas.


Importancia de la lactancia materna

La lactancia materna es la forma natural e ideal de alimentar a los hijos durante el primer año de vida, aunque, como alimento exclusivo, no se considera suficiente a partir del sexto mes de vida.
La lactancia materna va a aportar importantes ventajas:

- mejor estado nutricional;
- mayor protección inmunológica (lo que disminuye de forma muy importante los episodios infecciosos durante los primeros meses de vida);
- menor riesgo de sensibilización alérgica;
- menor morbilidad y mortalidad infantil;
- prevención de enfermedades posteriores, como la diabetes, la aterosclerosis, la obesidad y la hipertensión arterial.
- Además, los movimientos de succión al pecho van a ayudar a fortalecer toda la musculatura facial, que suele ser hipotónica en los niños con síndrome de Down, y a mejorar la oclusión. Ello repercutirá después favorablemente en la masticación y en desarrollo del habla.

Sin embargo, las ventajas no se quedan únicamente en lo biológico ya que la lactancia materna va a suponer una oportunidad única para tener un contacto íntimo con el bebé y aumentar el vínculo entre la madre y el recién nacido. El pecho no sólo aporta al niño el mejor alimento posible, también le ofrece cariño, consuelo y es una fuente continua de estimulación en todos los sentidos, imposible de sustituir.


Consejos para una lactancia feliz y duradera

Comenzaremos dando una serie de consejos útiles para conseguir una lactancia feliz y duradera.

1. Iniciar la lactancia materna durante la media hora siguiente al parto

Es en este periodo de tiempo cuando el recién nacido presenta una capacidad de succión mejor y un reflejo de búsqueda más intenso. Nada más nacer, se debe permitir que el niño y la madre tengan un primer contacto, piel con piel, colocando al recién nacido sobre el abdomen de la madre. Este primer contacto y el amamantamiento van a facilitar la formación de fuerte vínculo afectivo. Esta práctica debe realizarse también en los niños con síndrome de Down, y únicamente a aquellos que nazcan con problemas graves que precisen actuación médica urgente se les debe privar de este primer contacto.

2. Enseñar a las madres cómo se debe amamantar al niño

La madre debe conocer las ventajas de la lactancia materna y sus técnicas antes de dar a luz a su hijo. Debe recibir información para que afronte estos primeros momentos con más conocimientos, seguridad y confianza en sí misma. Los contactos con otras madres de niños con síndrome de Down que hayan pasado por esta experiencia son también muy útiles. Los principales puntos a tener en cuenta son:

- Mantener un ambiente tranquilo y agradable a la hora de dar de mamar.
- Despertar bien al niño antes de ponerle al pecho. Los recién nacidos con síndrome de Down pueden mostrarse más adormilados los primeros días.
- Mantener una postura correcta, tanto del niño como de la madre. Es recomendable que la madre se encuentre cómoda. El cuerpo del niño debe estar de cara a la madre (ombligo frente a ombligo) de forma que la cara del bebé quede enfrente de la mama. La cabeza estará apoyada aproximadamente en la mitad del antebrazo y no en el codo de la madre. Todo el cuerpo del recién nacido quedará alineado, evitando que el niño tenga que flexionar o rotar la cabeza , porque esto dificulta la succión.
- Estimular la succión. Una vez colocado el niño según las indicaciones anteriores, haremos que el labio superior del niño quede a la altura del pezón, de forma que ambos se rocen. Como respuesta, después de unos segundos, el niño abre mucho la boca (reflejo oral de búsqueda).
- Cuando el niño tenga la boca bien abierta, es cuando la madre aproximará más al niño hacia su pecho, moviendo a la vez todo el cuerpo del niño y no sólo la cabeza. De esta forma el niño no sólo cogerá el pezón sino que introducirá gran parte de la areola en su boca. Esto aumenta la eficacia de la succión y además evita que se lastime el pezón.
- Dejar al niño que mame el tiempo suficiente hasta que vacíe el pecho y se separe espontáneamente. Los niños con síndrome de Down pueden tardar más que otros niños debido a su hipotonía y no se les debe retirar a los 10 minutos para pasarles al otro pecho, ya que la composición de la leche varía del principio al final de la tetada. Al principio de la toma, la leche es rica en proteínas e hidratos de carbono, mientras que al final lo es en grasas. Por esta razón, si no permitimos que tomen el pecho el tiempo suficiente para ingerir la leche del final de la tetada, el niño tomará menos grasa, con lo que quedará menos saciado y ganará menos peso.
- Si el niño queda profundamente dormido mientras toma sin soltar el pezón, podemos retirarle del pecho introduciendo con cuidado el dedo meñique por la comisura bucal del niño para ayudarle a que se suelte sin lastimar el pezón.
- Darle de mamar frecuentemente, a demanda del niño, incluso si hace poco que acaba de darle de mamar. Los niños con síndrome de Down, debido a su hipotonía, lloran y patalean menos y por lo tanto pueden reclamar el pecho de una forma menos intensa que otros niños. Por ello, se les debe estimular con frecuencia, intentando ponerles al pecho los primeros días al menos unas 7 veces al día.
- Conviene ir alternando el pecho que se le ofrece en primer lugar en cada toma.

3. Otros consejos

- Para facilitar la lactancia materna es importante que la madre se encuentre descansada. El reposo resulta por tanto fundamental. Además del sueño nocturno, es conveniente buscar a lo largo del día momentos de descanso de 1 hora para recostarse o al menos relajarse.
- Los recién nacidos correctamente amamantados no necesitan suplementos de suero o biberón de forma rutinaria. Estos suplementos disminuyen la producción de leche y producen confusión tetina-pezón en el recién nacido dificultando que aprenda a mamar.
- La alimentación de la madre debe ser equilibrada y con suficiente aporte de líquidos.
- Resulta de enorme utilidad que las madres se pongan en contacto con otras madres de niños con síndrome de Down que hayan pasado por la experiencia de amamantar a sus hijos. A ser posible, este contacto se debe establecer ya antes del parto y durante el ingreso en el hospital. También es necesario que la madre reciba el apoyo profesional necesario.


La lactancia materna en el caso de que el niño quede ingresado en el hospital

En muchas ocasiones, las condiciones tras el nacimiento del niño con síndrome de Down no van a ser las expuestas anteriormente. O bien la madre no va a poder iniciar la lactancia justo después del parto, o bien va a ser separada físicamente del niño debido al ingreso de éste en una unidad de neonatología, o incluso puede tener que llegar a suspender la lactancia de forma transitoria debido a una enfermedad del niño. Estas circunstancias dificultan la lactancia materna por lo que debemos estar preparados para solucionar los problemas que aparezcan.

Si el niño se encuentra hospitalizado pero puede tomar el pecho, se debe favorecer que la madre tenga acceso al recién nacido sin restricciones, para favorecer la formación del vínculo afectivo entre ambos y la lactancia sin horarios.

Si el niño no puede ser alimentado directamente del pecho, en esta situación va a ser fundamental mantener la estimulación manual del pezón y el vaciamiento adecuado de las mamas, ya que ambos son los principales estímulos para la producción de leche. La extracción de leche puede realizarse de forma manual o mediante sacaleches manuales o eléctricos. Salvo contraindicación concreta, el recién nacido puede alimentarse con la leche materna extraída. Para extraer la leche aconsejamos:

- Que el ambiente sea tranquilo y la madre esté cómoda.
- Que la madre se lave bien las manos antes de extraer la leche. Además, los accesorios que utilice para la extracción deben estar estériles.
- En el recipiente donde vaya a introducir la leche debe constar el nombre del niño, la hora y el día de recogida.
- Introducir lo antes posible la leche en el frigorífico a 4º C y utilizarla en las siguientes 48 horas.
- La leche que no vaya a ser utilizada antes de 48 horas debe congelarse a –18º C. Puede mantenerse congelada hasta 3 meses sin modificarse su valor nutritivo, aunque pierde algunas vitaminas.
- Para descongelar la leche es preciso sacarla a temperatura ambiente y después calentarla al baño María. No se debe calentar en el microondas ni hervirla. Una vez descongelada hay que consumirla en las siguientes 24 horas y no se puede volver a congelar.


Problemas que aparecen con más frecuencia

Llanto excesivo. Este es un motivo frecuente de alarma en las madres. Suelen pensar que el niño se queda con hambre. Sin embargo, el llanto que se calma al poner el chupete no siempre indica hambre. El niño puede llorar para expresar otras necesidades como sueño, frío, cansancio, etc. En caso de duda se debe consultar con el pediatra. Si se trata de cólicos del lactante, aconsejamos a la madre que coja al niño en cuanto llore porque ésta es la única forma de disminuir su llanto. Los cólicos son igual de frecuentes en los niños que toman el pecho que en los alimentados con lactancia artificial y, si se les ofrece ayuda de biberón, posiblemente se acabe con la lactancia materna y el niño continúe con los cólicos.

Grietas en el pezón. La postura incorrecta del niño al mamar es la principal causa de grietas en el pezón. Por esta razón, cuando aparece dolor con la toma, se debe observar al niño mientras mama y corregir la postura. Las pezoneras no son recomendables porque dificultan el vaciamiento de la mama e interfieren con el aprendizaje de la succión.

Mastitis. La mastitis se produce también por un mal vaciamiento de las mamas debido a deficiencias en la técnica de amamantamiento. La aparición de la mastitis no es motivo para suspender la lactancia materna. Con un tratamiento antibiótico correcto y el vaciado completo de las mamas, se puede continuar con éxito la lactancia.

Escasa ganancia de peso. Cuando un niño alimentado al pecho no gana peso, debe ser valorado adecuadamente por el pediatra para descarta problemas médicos. Las causas más frecuentes de que el niño no gane peso están en relación con errores en la técnica: postura incorrecta, tomas rígidas de 10 minutos cada 3 horas, uso de pezoneras, etc. Una vez descartados los problemas técnicos, otro de los problemas frecuentes va a ser la fatiga y el cansancio materno.


Conclusiones

1. La lactancia materna es la mejor forma de alimentar a los niños con síndrome de Down, al igual que ocurre con el resto de los niños.
2. Es conveniente el aprendizaje correcto de las técnicas de la lactancia materna para evitar dificultades.
3. El ingreso del niño en el Hospital no debe impedir la lactancia materna, aunque sí la dificulta.
4. Cuando aparecen problemas, lo mejor es buscar la ayuda de profesionales y de otras madres con más experiencia.
5. Es posible que, pese a las mejores intenciones, no sea posible realizar la lactancia materna. No se angustie. Podrá compensar a su bebé de otras maneras.

Ana Tejerina Puente
Pediatra, Centro de Salud Cazoña
Asesora Médica, Fundación Síndrome de Down de Cantabria
Santander