Tratamiento
Su hijo con síndrome de Down puede desarrollar diabetes a cualquier edad. Si lo hace, es importante que usted, su hijo y las personas que lo atienden trabajen conjuntamente para crear y poner en marcha el mejor plan de tratamiento posible. Es importante mantener una actitud diligente en el tratamiento y en el objetivo de mantener bajos los niveles de glucosa. Y es que, si los niveles de glucemia se mantienen altos, daremos a pie a que vaya surgiendo toda una serie de complicaciones de salud:
» Problemas en la visión (borrosidad, puntos)
» Cansancio, palidez de la piel
» Obesidad
» Hormigueos en manos y pies
» Repetición de infecciones, torpeza en la cicatrización de las heridas
» Dolor torácico
» Piel seca, con picores
» Picor vaginal
» Dolor de cabeza frecuente (como síntoma de hipertensión)
En el tratamiento de la diabetes se combina la medicación, el control del peso, el ejercicio y la dieta.
Medicación
El médico es quien determina el tipo de medicación que la diabetes de su hijo necesita. Quienes tienen diabetes tipo 1 necesitan tomar insulina, administrada mediante inyección. Existen muchas formas de insulina disponibles. Unas bajan la glucemia con rapidez pero actúan durante pocas horas; se llaman insulinas de acción rápida. Otras tardan más en ejercer el efecto hipoglucemiante pero actúan durante más tiempo; se llaman insulinas de acción intermedia e insulinas de acción prolongada, dependiendo de la duración total del efecto hipoglucemiante. En ocasiones, se administran combinaciones de estos tipos de insulina.
La inyección es relativamente sencilla. Tanto usted como su hijo y las personas más próximas a él habrán de aprender a prepararla y administrarla. Puede resultar difícil para una persona con síndrome de Down comprender todos los detalles de administración (cálculos, métodos, etc.), por lo que habrá que supervisarle cuidadosamente. Pero los dispositivos actuales (jeringuillas, plumas, cartuchos) son muy sencillos de manejar. Por supuesto, el médico y el educador experto en diabetes han de trabajar con ustedes para decidir cuál ha de ser la mejor combinación de medicación, dieta y plan general de tratamiento.
Si su hijo tiene una diabetes tipo 2 puede que necesite tomar uno de los fármacos que se llaman hipoglucemiantes orales. Hipoglucemiante oral significa que reduce el nivel de glucemia tras su administración por vía oral en forma de pastilla, gragea, etc., a diferencia de la insulina que debe ser siempre administrada por inyección. Existen diversos tipos de hipoglucemiantes orales que actúan por mecanismos diferentes. Por eso, unas veces se administra un solo tipo de pastilla y otras veces una combinación de dos tipos. Se toman una o dos veces al día. La mayoría de ellos incrementan la secreción de insulina en el páncreas, o bien consiguen que la insulina secretada actúe de manera más eficiente. En ocasiones, el tratamiento necesita combinar la insulina con el hipoglucemiante oral. De nuevo, será el equipo integrado por usted, el médico y el educador experto quien establezca el régimen de tratamiento más idóneo.
Control del peso
Muchas veces las personas que tienen diabetes aumentan de peso, tengan o no SD. Si consigue motivar a su hijo para pierda parte de ese exceso de peso, le ayudará normalizar la glucemia. A veces es posible disminuir la glucemia sólo con bajar de peso. En esta situación, una persona puede tomar un fármaco hipoglucemiante y trabajar al mismo tiempo en la reducción de su peso. Al disminuir el peso, puede que el páncreas produzca la suficiente insulina como para que ya no haga falta tomar más medicación. Hay que reconocer que esto exige esfuerzo y no siempre es posible conseguir el objetivo. No se sienta frustrada si la diabetes de su hijo no se controla con la pérdida de peso.
Ejercicio
Otro modo de bajar la glucemia es mediante la iniciación un programa en el que se realice ejercicio de forma regular: andar, bicicleta, natación conseguirán que el organismo de su hijo trabaje de forma más eficiente, y que la glucosa y la insulina también lo hagan. Pero como cada ejercicio supone el consumo de un número determinado de calorías y eso repercute sobre la glucemia, es importante que cuando vayan a cambiar el tipo o la intensidad de ejercicio lo comenten con su médico y su educador. El equilibrio entre el ejercicio, la medicación y la comida establece el nivel de glucemia, y un cambio no controlado en cualquiera de estas variables puede descontrolar la glucemia y producir reacciones debidas a la hiperglucemia (glucemia alta) o más frecuentemente hipoglucemia (glucemia baja). Pero en ningún caso esto debe reprimirle para establecer un buen programa de ejercicio físico.
Para que el ejercicio sea más eficaz, es preciso que sea:
- diario o en días alternos
- regular: a la misma hora, intensidad y duración
- aeróbico, sin llegar al agotamiento estimulante y divertido
- realizado en compañía
- realizado mejor tras la ingesta
Por último, la glucemia se ve afectada por la alimentación. A Dios gracias, la intervención dietética en la diabetes ya no es restrictiva como antes lo fue. De hecho, no existen “dietas diabéticas” o “plan de comida”. Habrá de establecer con su médico y educador un buen régimen de comidas que sea el adecuado para su hijo. Por ejemplo, no será pertinente que el niño coma un puñado de dulces, pero hay modos de hacer que coma alguno si resulta muy difícil que se abstenga del todo si sus amigos los comen.
Por lo general, las directrices de comidas y meriendas (incluimos en este término los aperitivos y cuanto se come “entre horas”) son las que recomendamos como fundamentos en la dieta de una persona con síndrome de Down:
» Comer el número de calorías adecuado al peso que se desea mantener
» Comer alimentos muy variados
» Planificar una ingesta equilibrada entre comidas y meriendas (¡las meriendas también engordan!)
» Tomar las meriendas en los momentos adecuados
» Incorporar a veces dulces en el postre para que el niño no se frustre
» Restringir alimentos grasos, utilizar proteínas de más fácil metabolización, controlar los hidratos de carbono que se pueden tomar
» Fomentar la realización regular de ejercicio.
Este plan de comidas es la dieta de su hijo diabético y es un plan saludable para cualquier otra persona. En los manuales sencillos que están a disposición de las familias con un niño diabético (ver más adelante) aparece abundante información sobre los alimentos que se pueden y no se pueden tomar. Por eso, si se pregunta si ha de cocinar de modo diferente para su hijo con síndrome de Down y diabetes, la respuesta es un rotundo “no”. Puede encontrar cierta resistencia por parte de su familia a los que no les guste la idea de comer la misma comida saludable y sana que necesita su hijo, pero esto se vence fácilmente haciéndoles ver que va a mejorar la salud de todos.
La consulta con un buen educador o dietista puede resultar muy útil para planificar menús y alternativas, dentro del régimen de calorías necesarias.