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La diabetes en la escuela

La presencia de un niño diabético en la escuela obliga a que la institución adopte una serie de medidas que permitan que el niño esté bien controlado. Si el alumno diabético además tiene síndrome de Down, las medidas han de ser aún más vigiladas. Es necesario que el personal sepa:

- realizar las mediciones de glucemia,
- reconocer y tratar los síntomas de hipo e hiperglucemia, y
- administrar la insulina u otra medicación

Esto significa que la dirección ha de ofrecer las oportunidades para que el personal implicado aprenda y se entrene adecuadamente. Los padres pueden facilitar abundante información, a través de la Asociación local de Diabetes.

Por otra parte, el deporte y los juegos habrán de estar adaptados a las necesidades del alumno. No se le puede negar su participación en excursiones y otras actividades de entretenimiento y tiempo libre, pero se tendrán previstas las medidas oportunas por si sucede algún contratiempo.

Habrán de hacerse las adaptaciones necesarias para que el alumno afronte cualquier necesidad: comer o beber cuando sea necesario, ir al servicio aunque sea fuera de hora, permitir hacer los tests de glucemia si son necesarios. Ciertamente, hay que esforzarse por conseguir la máxima normalidad posible; pero al mismo tiempo, hay que prever las circunstancias para evitar riesgos innecesarios y peligrosos.